Bruno Marcos escribe sobre la aparición de un libro de poesía en el Rastro cuya autora fue la antigua librovejera conocida como ‘la Judía’
Lo que se espera del pasado es que se mantenga quieto, que nada cambie en los recuerdos y que ellos no cambien nada del presente. Es el Rastro, respecto a él, un agente inquietante, una mezcla de fábrica y templo del que surgen objetos viejos como recién nacidos, resucitados de su muerte. En él se obra el milagro de devolver lo desechado a la vida de las ciudades, en él aparece lo viejo como nuevo con la emoción de lo original: lo que estaba a punto de desaparecer como lo que nace, retando en duelo a la verdad del paso del tiempo. LEER